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Segmentos

Mensajeros de Dios

“Todos los creyentes somos mensajeros obligados a prepararnos para poder decir junto con el profeta: ‘Aquí estoy ¡Envíame a mí!’”

Todos los creyentes, laicos o ministros por igual, hemos recibido de Dios un llamado y vocación particular de vida especialmente adaptada a nuestros dones y talentos. Llamado y vocación que no se pueden restringir al ámbito directo de influencia de la iglesia y todas las actividades eclesiásticas propiamente dichas, sino que abarca toda la amplitud y gama de actividades legítimas comprendidas por todos los frentes de la cultura humana en lo que conocemos como el ámbito secular. Y aunque esta distinción entre el ámbito eclesiástico y el secular es válida para efectos de delimitación, en realidad no hay ningún creyente que lleve a cabo con exclusividad una actividad secular por contraste con las actividades eclesiásticas; pues aún las actividades seculares, al formar parte del llamado y vocación del laico, son actos directos de servicio a Dios tan encomiables y agradables a Él como lo pueden ser todas las actividades de servicio a Dios que llevamos a cabo en conexión con la iglesia, a las que solemos referirnos como actividades ministeriales. Así, pues, dado que el llamado y la vocación en sus variadas formas nos conciernen a todos y no únicamente a los ministros de tiempo completo, es importante que los laicos, al igual que deben hacerlo los ministros y guardadas las justas proporciones, se preparen de la mejor manera para ejercer su llamado y vocación cristianos en el mundo, de modo que puedan responder con solvencia la pregunta que Dios nos formula: “Entonces oí la voz del Señor que decía: -¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y respondí: -Aquí estoy. ¡Envíame a mí!” (Isaías 6:8)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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