fbpx
Segmentos

¿Malicia indígena?

“Las sospechas de muchos inconversos hacia el evangelio obedecen a la malicia del que se las imagina porque también las hace”

Malicia es, para muchos, el nombre del juego. En especial para los pueblos de América del Sur, cuyas comunidades nativas precolombinas, al tener que padecer la conquista a sangre y fuego por parte de los españoles y sus codiciosas y ya de por sí maliciosas intenciones, respaldadas con un mayor poderío militar; tuvieron que desarrollar su propia malicia a nuevos niveles para poder sobrevivir. Malicia que se combinó con la ya muy marcada de los conquistadores, para terminar legándonos a sus descendientes actuales en las naciones latinoamericanas una mal llamada “malicia indígena” de la que muchos incluso se jactan y alardean. Pero la malicia no es algo de lo cual alardear, sino más bien algo que lamentar. Porque la malicia se define en el diccionario como la intención solapada, de ordinario maligna, con la que se dice o hace algo, una arraigada propensión a pensar mal y una inclinación a lo malo y a lo que es contrario a la virtud. Y es por eso que las sospechas y prevenciones de los maliciosos se basan simplemente en atribuir a los demás lo que ellos mismos harían en las mismas circunstancias, dando así la razón a los refranes populares que afirman que “el que las hace se las imagina” y que “el ladrón juzga por su condición”. Por todo esto, los creyentes debemos ser sagaces, pero no maliciosos, como lo aclara el apóstol Pablo al exhortarnos de parte de Dios en estos inequívocos y definitivos términos que marcan con claridad las diferencias al respecto: “Es cierto que ustedes viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho; pero quiero que sean sagaces para el bien e inocentes para el mal” (Romanos 16:19)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Estoy casado con Deisy y tengo dos hijos: Mateo y María José. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión