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Los títeres o el titiritero

“El creyente fanático es el que lucha contra los títeres sin lograr nunca vislumbrar al titiritero que mueve los hilos realmente”

En relación con el fanatismo y sus múltiples rasgos o características de comportamiento, Dietrich Bonhoeffer decía que: “El fanático cree que con la pureza de su voluntad y de sus principios se puede enfrentar con el poder del mal. Pertenece a la esencia del fanatismo perder de vista la totalidad del mal y como el toro lanzarse contra el trapo rojo en lugar de hacerlo contra su portador”. En efecto, dado que el principio básico que guía la conducta del fanático es atacar las convicciones de otros más que defender las propias, como corresponde al creyente verdaderamente maduro y comprometido con la causa de Cristo; el fanatismo suele tener la vista corta y el entendimiento cerrado para ver más allá de lo evidente. Esto es, que la oposición que enfrentamos los cristianos por causa de los señalamientos, discriminaciones y descalificaciones sutiles o manifiestas dirigidas contra nuestra fe por parte de los no creyentes en el mundo, no obedece necesariamente a una iniciativa de ellos, sino al hecho de que ellos, al igual que nosotros antes de nuestra conversión, están engañados y no son más que idiotas útiles y carne de cañón al servicio de la perversa agenda de Satanás y sus demonios, que son quienes en realidad se encuentran detrás de todas estas iniciativas contrarias a Dios y a nuestra fe en Cristo, como el apóstol Pablo lo reveló y advirtió de forma inequívoca, así: “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efesios 6:12)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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