fbpx
Segmentos

Los beneficios de la imperfección

“La imperfección es un estímulo para crecer, mejorar y madurar y experimentar así la satisfacción de las metas cumplidas”

Volviendo con la popular frase que afirma que: “nadie es perfecto”, que se cita como disculpa resignada para tratar de minimizar nuestras faltas y pecados, y llamando una vez más con ello la atención a que, el reconocimiento que todos hacemos de este hecho es una evidencia del carácter universal del pecado, tal como lo declara la Biblia; hay que decir ahora que todo esto no es del todo malo, como lo sostiene también Antonio Cruz en esta inquietante declaración: “A veces, lo mejor no es lo más conveniente”. Y es que en vista de los resultados observados cuando no se opta por lo mejor, parecería que escoger lo mejor debería ser siempre la elección más sabia y conveniente en todos los casos. Pero la historia humana también nos permite descubrir que, hasta cierto punto, tal vez no convenía a los propósitos divinos ni al bienestar y madurez del hombre que el universo en general y la humanidad en particular hubieran sido creados desde un comienzo y para siempre en un estado paradisíaco de perfección y madurez acabada y plena, sin ningún acicate para crecer y mejorar y sin imperfecciones que nos estimulen a superarlas, permitiéndonos experimentar así la satisfacción de las metas cumplidas, el disfrute de la aprobación de Dios y sobre todo el beneficio del amor y la gracia divinas. Al fin y al cabo, no se han logrado las más grandes alturas del espíritu humano en tiempos de prosperidad propiamente, sino en tiempos de adversidad. Por eso Pablo declaraba con esperanza: “Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá” (1 Corintios 13:9-10)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión