La libertad de examen y de conciencia es un patrimonio irrenunciable del protestantismo por el cual se defiende el derecho de cada persona a examinar y evaluar por sí misma lo que se le pide creer y tomar al respecto una decisión por convicción y en conciencia y no por compulsión o imposición externa. Este derecho fue el exigido por Lutero y sus seguidores, quienes reclamaban su libre y directo acceso a la lectura y examen de la Biblia por sí mismos, sin la mediación y el monopolio que el alto clero ejercía sobre ella, con la consecuente exigencia hecha sobre el pueblo de acoger y creer sin discusión sus interpretaciones al respecto. Pero este derecho no cobija sólo a los cristianos, sino también a los seguidores de otras religiones y a los ateos por igual. Y los cristianos debemos luchar para que tanto ellos como nosotros podamos disfrutarlo. Porque de no hacerlo extensivo a todos, corremos el riesgo de incurrir en el pecado cometido por la iglesia en general en la Alemania nazi de comenzar a alzar la voz únicamente cuando la libertad de los cristianos se puso en peligro. La iglesia no puede olvidar, por tanto, la lección que Israel tuvo que aprender en su momento en el sentido de que el compromiso de Dios es con la justicia antes que con su propio pueblo, de donde Dios no hace acepción de personas manifestando favoritismos arbitrarios e injustos hacia los suyos en perjuicio de los demás y espera, entonces, que nuestra adhesión a Él sea siempre por convicción y en conciencia: “Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor” (Lamentaciones 3:40)
Libertad de examen y de conciencia
21 octubre, 2021
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“Todos los que han padecido persecución por el evangelio son quienes más defienden y valoran la libertad de culto y de conciencia”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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