Decía Benjamín Franklin que “Una pequeña falta puede engendrar un gran mal”. Y ésta es una de las razones por las que debemos rechazar la afirmación acerca de la existencia de los llamados “pecados veniales”, pues esto es como decir que existen pecados pequeños que podemos tolerar y hasta justificar sin consecuencias serias, creencia que además de no tener fundamento bíblico es engañosa e inconveniente desde el punto de vista práctico por el simple hecho de que la laxitud y relajamiento ante cualquier pecado consciente, aunque aparentemente inofensivo; va socavando lentamente los principios cristianos y gradualmente da lugar a pecados mayores con consecuencias cada vez más serias, dolorosas y difíciles de resolver o revertir. La frase “No te preocupes por pequeñeces” puede ser un buen consejo si por ello entendemos no ahogarse en un vaso de agua o evitar reacciones desproporcionadas para las circunstancias, pero no hay que hacer de ella un lema para vivir de manera irresponsable, ya que entonces deja de ser un buen consejo para convertirse en una justificación para vivir sin restricciones morales de ningún tipo. De hecho la Biblia nos advierte, mediante las imágenes del “poco de levadura” y las “zorras pequeñas”, para que una pequeñez no termine borrando con el codo en un breve momento el buen nombre que alguien ha tardado toda una vida en construir laboriosamente y con buen pulso, pues: “Las moscas muertas apestan y echan a perder el perfume. Pesa más una pequeña necedad que la sabiduría y la honra juntas” (Eclesiastés 10:1)
Las moscas muertas
8 agosto, 2021
2 Lectura mínima
“El buen nombre es un patrimonio invaluable pero frágil, pues tarda décadas en forjarse pero se puede echar a perder en un minuto”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario