En relación con las oportunidades en la vida, llama la atención un hecho muy significativo que resalta su importancia y suele pasar frecuentemente desapercibido, hasta que nos encontramos con el caso de personas muy talentosas y dotadas que, a pesar de ello, no han alcanzado el éxito que debería hallarse asociado casi naturalmente a estos dones y talentos; mientras que por otra parte observamos que personas no tan talentosas ni dotadas han logrado, sin embargo, destacarse y darse a conocer obteniendo así todo el reconocimiento y los beneficios del caso. El rey Salomón una vez más llamó la atención a este siempre sorprendente e inesperado contraste al declarar: “Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos” (Eclesiastés 9:11). En efecto, una vez más vemos que el aprovechamiento de las oportunidades tiene más que ver con identificarlas y no dejarlas pasar de largo cuando se presentan, que con las habilidades, capacidades y talentos de las personas en sí mismas que, aunque son, por supuesto, también algo necesario, con todo y ello no son lo más determinante en este asunto. Así, pues, dado que Dios nos garantiza que a todos nos llegan buenos tiempos, pero al mismo tiempo nos advierte sobre los malos, es importante estar preparado para sortear con buena cara los últimos y aprovechar al máximo los primeros.
Aprovechando las oportunidades
7 agosto, 2021
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“Todos tenemos las mismas oportunidades y aprovecharlas depende, más que de nuestras condiciones, de tomarlas cuando se presentan”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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