La justicia es la verdad en acción en lo que tiene que ver con los seres humanos, los ángeles y Dios, seres todos pertenecientes a la más elevada clase de seres presentes en este universo: los seres de naturaleza personal que, como tales, ostentamos capacidad de deliberación, de elección y de tomar decisiones responsables, conscientes y plenamente voluntarias. Y cuando nuestras decisiones son justas, es decir conformes con la verdad, lo que podemos esperar de todo esto es que en su momento y de manera consecuente podamos cosechar un satisfactorio grado de paz, tanto en nuestra conciencia interior, como en nuestros tratos con los demás en el marco de las estructuras e instituciones sociales propias de la cultura en la que nos encontramos. Es por eso que no existirá nunca una paz consistente que no se apoye con solvencia en la verdad y en la justicia, pues la paz es el resultado natural y espontáneo de honrar la verdad y actuar con justicia en este mundo, como lo establecen las Escrituras al exhortarnos en estos precisos términos: “» ‘Lo que ustedes deben hacer es decirse la verdad, y juzgar en sus tribunales con la verdad y la justicia. ¡Eso trae la paz!” (Zacarías 8:16). La paz, pues, sigue siempre de manera invariable a la verdad y la justicia, tanto a nivel individual como social, de donde la paz política no se alcanzará nunca sin reformar la correspondiente administración de justicia y sin juzgar las cosas que haya que juzgar a la luz de la verdad de los hechos, sin parcialidades ni encubrimientos culpables para favorecer arbitrariamente a unos por encima de otros.
La verdad, la justicia y la paz
24 diciembre, 2021
2 Lectura mínima
“La justicia es todo aquello que busca hacer honor a la verdad de tal manera que la paz sea su resultado natural y definitivo”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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