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La risa en llanto

“Sólo quien convierte su risa en llanto y su aparente alegría en tristeza podrá alegrarse al final con fundamento firme”

Llorar y reír son experiencias características y exclusivas del ser humano que se producen por causa de intensos y muy diversos estados emocionales. Ya hemos mencionado en un segmento anterior al poeta Juan de Dios Peza refiriéndose en su poema Reír llorando al carácter engañoso y encubridor de lo que ya se designa como la “risa del payaso”, es decir la risa exterior producida por lo que él llamó “el carnaval del mundo” con sus diversiones, luces, candilejas y promesas insustanciales que nos anestesian y ocultan el llanto interno producido a su vez por la profunda y dolorosa conciencia de la banalidad, superficialidad y carencia de sentido de todo. La risa y la actitud alegre ante la vida no tiene, pues, un fundamento firme si se apoya tan sólo en el endeble y efímero carnaval del mundo y no en los valores eternos del evangelio que nos formula la invitación y nos abre las puertas a la verdadera y muy sustancial fiesta del reino de Dios. Haríamos, pues, bien en convertir las risas y alegrías carnavalescas en un llanto sincero y dispuesto a reconocer nuestras miserias existenciales de tal manera que este llanto nos conduzca, contritos y humillados, a los pies de Cristo para descubrir allí los verdaderos deleites y alegrías perennes del reino de Dios que se nos revelan y ofrecen con generosidad y sin reservas en el evangelio. Se explica, entonces, lo dicho por el predicador en el sentido que: “… Vale más llorar que reír; pues entristece el rostro, pero le hace bien al corazón…Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza” (Eclesiastés 7:1-4; Santiago 4:9)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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