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La levadura, el freno de la fe

“Descuidar conscientemente los detalles puede ser el poco de levadura que nos lleve finalmente a abandonar del todo el compromiso”

Habiendo señalado ya de variadas formas el simbolismo de la levadura en las Escrituras, en particular para designar y denunciar esos puntos ciegos que nos llevan a no prestarle la debida atención a los pecados que nos parecen pequeños por considerarlos detalles con poca o ninguna importancia; es oportuno indicar ahora el potencial que éstos tienen, no ya solo para desviarnos sutilmente y hacernos perder el rumbo y el foco en nuestro andar con Cristo o para terminar a la postre contaminándolo todo, sino también la manera en que, como un lastre que se acumula cada vez más sobre nosotros, pueden llegar a frenarnos y hacernos perder gradualmente el ritmo entusiasta que ese andar nos impone, cayendo así en una inercia que, carente ya del impulso y la vitalidad espiritual que Dios a través de su Espíritu puede impartirnos continuamente para lograr contrarrestarla con éxito, nos lleva más temprano que tarde a detenernos y a quedarnos varados en el camino sin lograr avanzar más hacia la meta, resignando nuestro compromiso cristiano que termina diluido en un mar de apatía difícil de revertir. Es significativo que cuando el apóstol Pablo se dirigió a los gálatas con estas palabras de advertencia recurrentes en sus epístolas: “«Un poco de levadura fermenta toda la masa.»” (Gálatas 5:9), venía previamente diciéndoles: “Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad?…” (Gálatas 5:7). La levadura es, pues, aquí el estorbo o el obstáculo que nos lleva a abandonar la carrera y nuestro compromiso y la consecuente disposición a la obediencia que debería caracterizarnos

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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