fbpx
Segmentos

La iglesia en el mundo, no el mundo en la iglesia

“No podemos evitar que la iglesia esté en el mundo. Lo que si debemos hacer es no permitir que el mundo esté en la iglesia”

Habiendo establecido que la iglesia no puede ni debe aislarse de manera absoluta del mundo y que, en consecuencia, el trato del creyente con el no creyente es inevitable e incluso necesario en un significativo número de casos para mantener el vínculo por el cual el no creyente pueda tener acceso al evangelio; hay que añadir que esto no significa laxitud, relajamiento o tolerancia de parte de la iglesia hacia la conducta cuestionable de los no creyentes, al punto de terminar comportándose como ellos. Con todo, la iglesia no está llamada a disciplinar a los no creyentes en la medida que ellos no se han sometido aún a los preceptos del evangelio. Los no creyentes no se rigen, entonces, por la moral cristiana y no se les puede exigir que se comporten conforme a ella hasta que decidan creer y suscribir voluntariamente esta moralidad. Pero en cuanto a los creyentes en la iglesia, estos sí pueden ser confrontados directamente con las exigencias éticas del evangelio y si las transgreden de manera manifiesta, deben ser amonestados y disciplinados de tal modo que, aunque no podamos sacar a la iglesia del mundo, si debemos esmerarnos en sacar al mundo de la iglesia: “Por carta ya les he dicho que no se relacionen con personas inmorales. Por supuesto, no me refería a la gente inmoral de este mundo, ni a los avaros, estafadores o idólatras. En tal caso, tendrían ustedes que salirse de este mundo. Pero en esta carta quiero aclararles que no deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni siquiera deben juntarse para comer” (1 Corintios 5:9-11)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión