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¡Esa es la actitud!

“La historia ha demostrado que Cristo es el mejor estímulo para provocar en nosotros un cambio radical de nuestras malas actitudes”

Decía Charles Swindoll que: “La actitud es más importante que el pasado, la educación, el dinero, las circunstancias, y lo que otros piensen, digan o hagan… todos los días estamos en posibilidad de elegir que actitud adoptaremos. No podemos cambiar nuestro pasado… modificar la conducta de quienes nos rodean… evitar lo inevitable. La única cuerda que podemos pulsar es la que tenemos a nuestro alcance, y esa es la actitud”. Una cuerda que, por pequeña que pueda verse contra el trasfondo de nuestro entorno, circunstancias y situaciones particulares, puede, sin embargo, transformarnos para que podamos ver el panorama con ojos diferentes y, a la postre, puede terminar también transformando el mismo estado de cosas alrededor de nosotros. El mejor y más grande referente e inspiración que conoce la historia para motivarnos a adoptar las mejores actitudes cada día es, por supuesto, Jesucristo, quien nunca dejó de promover e ilustrar con su propia conducta, las mejores, más alegres y constructivas actitudes ante la vida por parte de sus seguidores, a pesar de que sabía lo que le esperaba en la cruz del calvario. Sin embargo, este no fue ni es el fin de la historia, pues: “después de tanto sufrimiento comprenderá por qué fue necesaria su obediencia y su intercesión. Porque fue mediante su sufrimiento y por haber llevado sobre sí el pecado de muchos que mi siervo hará que ellos sean declarados inocentes y aceptados por Dios. Por lo tanto, yo le daré como premio toda la honra y todo poder” (Isaías 53:11 NBV). Por tanto: “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús” (Filipenses 2:5)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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