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Segmentos

El matrimonio entre Cristo y la iglesia

“Conducir el matrimonio como Dios manda es prepararnos bien para lo que nos espera en el reino de Dios en relación con Cristo”

Philip Yancey decía que: “La Biblia… me enseña la clase de amor que Dios desea de mí: no el amor de un niño… sino el amor maduro, que una amante entrega libremente… existe una diferencia vital entre los dos, la diferencia entre la paternidad y el matrimonio, entre la ley y el Espíritu”. Porque si bien es cierto que la relación del creyente con Dios es como la relación de un hijo con su Padre, lo cierto es que esta figura no expresa a cabalidad la naturaleza de la relación madura que Dios desea establecer con el ser humano. En este propósito la relación entre amantes en el contexto del matrimonio es más apropiada para describir la relación madura de Dios con su iglesia, pues la relación paterno filial no expresa bien la libertad y la rendida y confiada entrega con la que Dios desea que nos relacionemos con Él. La dependencia de los niños respecto de sus padres hace que su relación con ellos obedezca más a la necesidad que a un acto enteramente libre, voluntario y maduro de su parte. El niño no tiene muchas opciones al respecto. Los amantes, por el contrario, se eligen de una manera mucho más libre y sin que la necesidad sea el factor determinante de la relación. Por eso, con todo y que la relación del creyente con Dios se inicie e incluya siempre el amor paterno filial, esta relación únicamente madura cuando nos vinculamos a Dios fundamentalmente en términos de la amante esposa que se rinde de lleno a su esposo con seguridad y confianza plenas, como lo reveló el apóstol al hablar del matrimonio y concluir que a través de todo lo dicho acerca de él: “… yo me refiero a Cristo y a la iglesia” (Efesios 5:22-32)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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