Tres son los atributos que sobresalen y vienen a la mente de manera inmediata a la hora de caracterizar a Dios. Los tres que comienzan con el prefijo “omni”. Estos son: omnipresencia, omniciencia y omnipotencia. Es decir que Dios está en todas partes, lo sabe todo y lo puede todo. Pero si estos fueran los atributos que definen al Dios verdadero, éste no sería muy diferente de sus competidores, los demonios, con Satanás a la cabeza, y los seres humanos mismos; pues en cualquiera de estos casos la diferencia sería meramente cuantitativa en el sentido en que Dios es siempre más poderoso, sabe más y está en más lugares que sus competidores, pero nada más, por lo que los actos milagrosos de Dios no serían más que un espectacular despliegue de efectos especiales que nadie más podría imitar. Pero la diferencia entre Dios y sus criaturas no es tan sólo cuantitativa, sino que es cualitativa y consiste en que, por encima de todo, Dios es santo. La santidad de Dios es el atributo por el cual Él marca diferencias no sólo de cantidad, sino de calidad en relación con todas sus criaturas. Él es un Ser único de una clase diferente a la de todos los demás seres que constituyen su creación. Él está en una categoría aparte y exclusiva y no admite comparación con nada de este mundo. Y además de ello, Dios es santo en el sentido de ser moralmente perfecto de modo que el mal no tiene ni guarda ninguna relación con Él, por lo que los creyentes podemos declarar con propiedad junto con el salmista: “Exalten al Señor nuestro Dios; adórenlo ante el estrado de sus pies: ¡él es santo!” (Salmo 99:5)
¿El más grande artista de efectos especiales?
13 mayo, 2021
2 Lectura mínima
“Si Dios no fuera santo, sino tan sólo todopoderoso, no dejaría de ser nada más que el más grande artista de efectos especiales”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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