La conversión introduce al creyente en un proceso de crecimiento y maduración continua en el que, aún en medio de altibajos, ondulaciones, avances y retrocesos, estamos llamados a experimentar un progreso en el balance diario a través del tiempo. El templo ilustra lo anterior, representando a cada uno de los creyentes, designados en el Nuevo Testamento como templos del Espíritu, pues habiendo comenzado como una elaborada tienda de campaña de carácter provisional y portátil, de modo que pudiera trasladarse y movilizarse con facilidad junto con el pueblo de Israel en su peregrinaje de 40 años por el desierto y sus primeros años en la tierra de Canaán; llegó luego a ser una construcción fija en Jerusalén mucho más suntuosa en lo que se conoce como el primer templo, levantado en la época de mayor esplendor del rey Salomón, siendo destruido posteriormente en la invasión y conquista del imperio babilónico y reconstruido con el regreso de los judíos del exilio, quienes construyeron el llamado segundo templo, mucho más sencillo que el primero, pero que fue ampliado y renovado con gran derroche, lujo, detalle y esplendorosos acabados por el rey Herodes durante el primer siglo de la era cristiana, sólo para ser destruido nuevamente por los romanos pocos años después en el 70 d. C., no obstante lo cual el profeta anuncia de manera esperanzada que al final: “El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera -dice el Señor Todopoderoso-. Y en este lugar concederé la paz’, afirma el Señor Todopoderoso.»” (Hageo 2:9)
El esplendor del templo
21 diciembre, 2021
2 Lectura mínima
“Sin importar que tan lejos hayamos llegado hasta hoy en Cristo, el esplendor de lo nos espera por delante será mucho mayor”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario