En línea con la sabiduría incomparablemente superior que la Biblia asigna a Dios con base en el ya establecido funcionamiento preciso y finamente ajustado del universo, de la naturaleza y de la misma accidentada historia humana; la Biblia también afirma, de manera consecuente, que Dios es un Dios de orden. Partiendo de esto en la modernidad una numerosa élite de convencidos creyentes en Cristo dedujeron que el orden de Dios no debía reflejarse únicamente en el campo de la moralidad por medio de la conciencia moral que todo ser humano posee y los preceptos y mandamientos específicos que la Biblia nos revela para orientar esta conciencia y nuestra correspondiente conducta de manera correcta y segura; sino que también debía reflejarse en el funcionamiento mismo del universo y la naturaleza. Con esta convicción e impulsados por su ilustrada fe, estos brillantes creyentes se lanzaron con celo religioso a la empresa científica de estudiar, descubrir e identificar con precisión las leyes que deberían regir y encontrarse detrás del funcionamiento del universo y la naturaleza que son, justamente, las que hacen posible y sustentan la vida en general y nuestra concreta existencia individual, sentado así las bases de la ciencia moderna en las que, lo quieran o no, se siguen apoyando los cada vez menos numerosos científicos ateos de hoy, a su pesar: “Porque así dice el Señor, el que creó los cielos; el Dios que formó la tierra, que la hizo y la estableció; que no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada: «Yo soy el Señor, y no hay ningún otro” (Isaías 45:18)
Creada para ser habitada
8 septiembre, 2021
2 Lectura mínima
“Además de los mandamientos, también las leyes que rigen el universo y la naturaleza fueron diseñadas por Dios para nuestro bien”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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