Hay gente que se siente tan engañosamente autosuficiente y altivamente segura de sí misma y de sus circunstancias que llegan a hacer declaraciones o, por lo menos, a mostrar actitudes presuntuosas por medio de las cuales dan a entender que siempre permanecerán en la posición ventajosa y deseable en que se encuentran, sin notar que somos seres tan frágiles, contingentes e interdependientes, que en realidad no hay nadie que pueda ejercer un control tan satisfactorio sobre sus circunstancias como el que se requeriría para hacer declaraciones tan osadas como éstas. Al fin y al cabo, el más elemental sentido común nos indica que todos nos necesitamos los unos a los otros y dependemos, por tanto, los unos de los otros y que nadie es, por lo mismo, tan autosuficiente como para pretender que nada ni nadie le moverán nunca el piso o lo sacarán de su zona de comodidad. Y si esto es así en lo que concierne a las relaciones entre los hombres en el plano horizontal en que nos relacionamos los unos con los otros, mucho más cuando abordamos el plano vertical en el que todos estamos llamados a relacionarnos con Dios de manera humilde y manifestando nuestro sentimiento de absoluta dependencia de Él, precisamente, para no caer en la confusión que sobrevendrá más temprano que tarde a quienes no están dispuestos a hacer este reconocimiento, como lo confiesa el salmista: “Cuando me sentí seguro, exclamé: «Jamás seré conmovido.» Tú,Señor, en tu buena voluntad, me afirmaste en elevado baluarte; pero escondiste tu rostro, y yo quedé confundido” (Salmo 30:6-7)
Conmovidos o confundidos
9 abril, 2021
2 Lectura mínima
“Quienes presumen con altivez de no ser conmovidos se verán confundidos entonces cuando Dios les quite el apoyo en que confían”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario