Los aspectos musicales asociados a los salmos: el himnario inspirado y oficial de la liturgia judía en cabeza de los sacerdotes y levitas, muchos de los cuales eran virtuosos músicos y cantores en el templo, tenía como finalidad no solo dirigir y promover la alabanza y adoración colectiva a Dios en las reuniones formales de adoración en el templo o en las sinagogas, sino la memorización de ellos gracias a la melodía musical a la que estaban íntimamente asociados, pues la mente humana memoriza más fácilmente la información correspondiente cuando ésta viene acompañada de una melodía musical específica o cuando viene en forma de poesía, con su ritmo, métrica y rimas particulares, rasgos ambos que las canciones en general cumplen y de los que los salmos participan por igual. Los pueblos de tradición oral, como los judíos, contaban pues con este valioso recurso para aprender, memorizar y transmitir a las siguientes generaciones la palabra de Dios, sorprendiéndonos con su capacidad para memorizar y recitar al pie de la letra grandes extensiones de las Escrituras. Por eso la instrucción de Asaf dirigida a los creyentes en el sentido de que: “¡Entonen salmos! ¡Toquen ya el pandero, el arpa y la lira melodiosa!” (Salmo 81:2), debería incluir siempre en la iglesia no solo la apelación a la música como recurso para promover la alabanza y la adoración en los servicios congregacionales formales de las iglesias y disponer así los corazones de los creyentes a la predicación de la Palabra, sino incorporar de nuevo los salmos y la Biblia en sus letras
Toquen el pandero, el arpa y la lira
"Los salmos son uno de los libros más queridos de la Biblia y como tales se memorizaban musicalmente de forma cantada en las liturgias de adoración”






Deja tu comentario