El caso de Joab, general del ejército del rey David confirma el dicho de que “la justicia tarda, pero llega”. El apoyo y el respaldo que el rey David recibió de él, así como su valentía y gran capacidad militar le impidió al rey castigar los crímenes cometidos por Joab con sus actitudes crueles y vengativas, como el cometido contra Abner, general del ejército de Saúl y de su hijo Isboset en la disputa por el reino con el ejército de David, pues cuando David ya había acordado con él condiciones de paz, Joab, a sabiendas, lo mató de manera traicionera para vengar a su hermano Asael que había caído muerto en la batalla a manos de Abner. Posteriormente, no acató la instrucción de David de respetar la vida de su hijo Absalón al sofocar su rebelión contra su padre, sino que lo mató ocasionando gran tristeza a David. Y por último, resentido y celoso de él, asesinó también a traición a su primo Amasá, anterior general del ejército de Absalón a quien David perdonó y puso al mando de su ejército en lugar de Joab en consideración de todo lo anterior. Finalmente, David dio instrucciones a su hijo Salomón que lo sucedió en el trono, para que hiciera justicia con Joab, quien a la postre lo ejecutó por medio de Benaías, general de su ejército: “Benaías fue a la Tienda del Señor y dijo a Joab: ꟷEl rey te ordena que salgas. ꟷ¡No! ꟷrespondió Joabꟷ. ¡De aquí solo me sacarán muerto! Benaías fue y contó al rey lo que había dicho Joab. ꟷ¡Pues dale gusto! ꟷordenó el reyꟷ. ¡Mátalo y entiérralo! De ese modo me absolverás a mí y a mi familia de la sangre inocente que derramó Joab” (1 Reyes 2:30-31)
Tarda pero llega
"En la purga efectuada por Salomón con ocasión de su consolidación en el trono de Israel se hizo justicia finalmente sobre varios personajes puntuales”
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