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Suegras, nueras y yernos

“La animosidad que surge entre suegras y nueras cede del todo si ambas ponen su fe en el Dios único y son ambas parte de su pueblo”

La presunta enemistad natural entre suegras y nueras o yernos, es ya un proverbial tópico en muchas de las culturas humanas a lo largo de la historia, constituyéndose en el motivo de todo tipo de comentarios socarrones y muy variados y humorísticos chascarrillos y chistes. Pero lo cierto es que, más allá del humor con el que adornamos y tratamos de sobrellevar, riéndonos de nosotros mismos, situaciones que no son tan graciosas en nuestra realidad cotidiana; muchas de las relaciones entre las suegras y sus nueras o yernos sí pueden tornarse muy difíciles, sobre todo si alguna de las partes, o las dos al mismo tiempo, adolece de una manifiesta inmadurez en su carácter, transformando la relación en una dolorosa y poco risible fuente de desacuerdos y malestares al interior de las familias que las terminan dividiendo y malogrando y que, por ello, no podemos más que lamentar. Por eso es significativo, esperanzador e inspirador la descripción que la Biblia hace de la relación estrecha y fructífera que disfrutaron en medio de su compartida aflicción y circunstancias difíciles la anciana viuda Noemí y su joven nuera, la también viuda Rut. Una relación cuyas bondades fueron posibles y siguen disponibles hoy para todas las suegras, nueras, yernos y demás miembros de la familia que deciden con resolución suscribir y compartir entre sí su fe y mutua comunión con Dios en la persona de Cristo: “Pero Rut respondió: -¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! »Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios” (Rut 1:16)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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