Lais o Lesem era el nombre de una próspera ciudad en el extremo norte del territorio de Israel, cuyos habitantes eran muy pagados de sí mismos, tan confiados en su prosperidad y sintiéndose tan seguros de ella que ni siquiera sostenían relaciones de colaboración solidaria con otros pueblos de su entorno, sino que vivían en un estado de plácido aislamiento, como en una burbuja: “Los cinco hombres se fueron y llegaron a Lais, donde vieron que la gente vivía segura, tranquila y confiada, tal como vivían los sidonios. Gozaban de prosperidad y no les faltaba nada. Además, vivían lejos de los sidonios y no se relacionaban con nadie más” (Jueces 18:7). Burbuja que reventó de forma violenta cuando la tribu de Dan, una de las 12 tribus de Israel, buscando ensanchar en el norte su mermado territorio en el sur, los atacó de improviso aprovechando justamente la circunstancia de su plácido y confiado aislamiento, derrotándolos y conquistándolos con gran facilidad, ejecutando a todos sus habitantes a filo de espada y quemando y apoderándose de la ciudad para su propio provecho y beneficio. Y es que la gente del mundo suele proceder según el dicho popular que afirma “seguro mató a confianza” para indicar que es mejor tener las cosas ya como una posesión segura que confiar en que nos serán provistas en su momento. Pero los creyentes, por el contrario, actuamos bajo la convicción de que la base de nuestra seguridad es la confianza en Dios y en su provisión y cuidado solícito por nosotros, brindándonos así una seguridad diferente que no depende en últimas de las circunstancias.
Seguridad aparente
15 enero, 2021
2 Lectura mínima
“La seguridad, la tranquilidad y la prosperidad que se obtienen al margen de Dios son muy inciertas y desaparecen con facilidad”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario