Es siempre posible que a primera vista y desde una perspectiva superficial y engañosa, la vida de los no creyentes parezca en ocasiones de una calidad notoriamente superior a la vida de los creyentes, sobre todo cuando éstos últimos se encuentran pasando por algún periodo de prueba para su fe. En esos casos para evitar malos entendidos, confusiones gratuitas y cuestionamientos improcedentes que amenacen nuestra permanencia en la fe, es útil recordar ciertas verdades que la Biblia nos revela con claridad. Verdades que tienen que ver con el hecho incontrovertible de que, de no mediar la conversión a Cristo, lo único a lo que los no creyentes pueden aspirar y esperar en la vida es esta vida misma. Una vida que aún en el mejor de los casos no está exenta de problemas y sinsabores a pesar de las apariencias en contra. Mientras que para los creyentes esta vida es tan sólo una añadidura que, incluso en el mejor de los casos, no es más que un pálido anticipo o abrebocas que no admite comparación con lo que nos espera cuando nuestra redención sea consumada con el regreso o segunda venida de Cristo. El estar conscientes de esta verdad nos permitirá ver en la perspectiva correcta los momentos en que los no creyentes parecen contar con mejor suerte que los creyentes, recordando que al fin de cuentas ellos no tienen más herencia que esta vida, como lo entendió David: “¡Con tu mano,Señor, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes” (Salmo 17:14)
Sin más herencia que esta vida
31 marzo, 2021
2 Lectura mínima
“Para el cristiano esta vida es sólo un abrebocas de la vida verdadera. Para el incrédulo, la única vida a la que puede aspirar”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario