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Sigue el curso que Dios le ha trazado

"Si bien Dios respeta nuestro albedrio y no fuerza nuestra voluntad, si puede inclinarla con sutileza en una u otra de las direcciones consideradas”

Volviendo con el consejo brindado por Husay y Ajitofel a Absalón en su conspiración contra David y la intervención de Dios para frustrar el consejo más sabio del prestigioso y respetado Ajitofel ꟷque había traicionado a David para unirse a la conspiración de Absalónꟷ, en favor del consejo de su colega Husay que, sin el mismo prestigio de Ajitofel, permanecía sin embargo secretamente leal al rey, podemos leer: “Absalón y todos los israelitas dijeron: ꟷEl plan de Husay, el arquita, es mejor que el de Ajitofel. Esto sucedió porque el Señor había determinado hacer fracasar el consejo de Ajitofel, aunque era el más acertado, y de ese modo llevar a Absalón a la ruina” (2 Samuel 17:14). Vemos aquí de nuevo una de esas intervenciones sutiles y casi imperceptibles ꟷpero siempre eficacesꟷ, de Dios para dirigir el curso de los acontecimientos, diferente a sus intervenciones más evidentes, milagrosas, espectaculares y con gran despliegue de poder a favor de Su pueblo que podemos observar desde el éxodo hasta la conquista de la tierra prometida y que volvemos a encontrar con cierta regularidad a lo largo de los libros históricos del Antiguo Testamento. Intervenciones que, en vez de actuar directamente sobre los acontecimientos en sí para modificarlos a Su voluntad, se dan más bien como una influencia sobre las voluntades de los protagonistas del relato que, sin violentar su libre albedrío, las inclina con suavidad a lo que él quiere, confirmando lo dicho en cuanto a que: “En las manos de Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado” (Proverbios 21:1)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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