Volviendo con la dinámica de la siembra y la cosecha y los ciclos alternados y sucesivos en que la última sigue a la primera, imprimiendo un talante diferente a la labor de los sembradores en relación con la de los segadores quienes, de cualquier modo, actúan de manera mancomunada en pos de un logro común; además de Moisés, el sembrador, y de su sucesor Josué, el segador, encontramos también en este mismo ciclo a Elías, el sembrador y a su sucesor Eliseo, el segador, en conformidad con la petición que éste último le hizo al primero de ser el heredero de su ministerio con la figura de la “doble porción de su espíritu” en clara alusión a la doble porción de la herencia que le correspondía al primogénito, confirmado luego con el gesto de recoger su manto y apropiarse de él: “Al cruzar, Elías preguntó a Eliseo: ꟷ¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado? ꟷTe pido que yo herede una doble porción de tu espíritu ꟷrespondió Eliseo. ꟷHas pedido algo difícil ꟷdijo Elíasꟷ, pero si logras verme cuando me separen de tu lado, te será concedido; de lo contrario, no. Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego y Elías subió al cielo en medio de un torbellino. Eliseo, viendo lo que pasaba, se puso a gritar: «¡Padre mío, padre mío, carro y jinete poderoso de Israel!». Pero no volvió a verlo. Entonces agarró su ropa y la rasgó en dos. Luego recogió el manto que se le había caído a Elías y regresó a la orilla del Jordán” (2 Reyes 2:9-13), esquema que seguirá manifestándose en la obra de Dios a lo largo de la historia
Sembradores y segadores
“Elías y Eliseo tipifican la dinámica de la siembra y la cosecha en el desenvolvimiento de los planes de Dios y de todo proyecto e iniciativa humana”
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