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Sacrificó en el fuego a su hijo

“Instruir a los hijos en el buen camino dándoles ejemplo favorece que ellos también lo sigan, pero no lo garantiza, pues al final cada cual decide”

Uno de los aspectos inquietantes de los reyes de Judá es que un significativo número de ellos, a pesar de tener buenos padres y buenos referentes en su ascendencia familiar ꟷdentro de quienes se destaca el rey Davidꟷ, no siguieron el ejemplo ni la instrucción recibida de ellos, pues el carácter bueno de sus padres indica que sus hijos también debieron ser instruidos por ellos en el buen camino. Este es el caso del rey Acaz, hijo del buen rey Jotán de Judá, quien a su vez había escogido seguir el buen ejemplo de su padre Uzías antes de que éste incurriera en la soberbia desobediencia que lo llevó a padecer lepra y permanecer aislado desde ese momento hasta el final de su vida. Sin embargo, contra todo pronóstico Acaz no siguió el buen ejemplo ni la instrucción de su padre Jotán, sino que: “Tenía veinte años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén dieciséis años. Pero, a diferencia de su antepasado David, Acaz no hizo lo que agrada al Señor su Dios. Al contrario, siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, y hasta sacrificó en el fuego a su hijo, según las repugnantes ceremonias de las naciones que el Señor había expulsado al paso de los israelitas. También ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los altares paganos, en las colinas y bajo todo árbol frondoso” (2 Reyes 16:2-4). Un argumento más a favor de la realidad del libre albedrío por el cual al final, sin importar los factores que puedan condicionarnos o inclinarnos indistintamente hacia una u otra dirección buena o mala e independiente de la buena o mala crianza, el ser humano siempre escoge lo que quiere

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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