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Sacrificios espirituales

“Dios ya no pide sacrificios cruentos, pero si espera de nosotros sacrificios espirituales en nuestra nueva condición sacerdotal”

En relación con la condición del creyente como sacerdote en virtud del llamado “sacerdocio universal de los creyentes” revelado en el Nuevo Testamento, que extiende a todos los creyentes sin excepción los privilegios y responsabilidades sacerdotales para acceder directamente a Dios que estaban restringidos en el Antiguo Testamento a los levitas descendientes de Aarón, tenemos entonces la obligación de ofrecer a Dios sacrificios, ya no de tipo cruento y con derramamiento de sangre, pero si “espirituales”, entre los cuales encontramos el ya mencionado “sacrificio de alabanza” de Hebreos 13:15; los sacrificios de la generosidad mencionados también en Hebreos 13:16 y Filipenses 4:18 y el sacrificio vivo por el que nos ofrecemos al servicio de Dios y su causa todos y cada uno de los días de nuestra vida, tal como lo menciona también Romanos 12:1. Así, pues:  “también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo… Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido. Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo, que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida…” (1 Pedro 2:5, 9-12)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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