fbpx
Segmentos

El precio de nuestro rescate

“La justicia de Dios es de tal orden que lo único que podía satisfacer sus demandas era la sangre preciosa de Cristo en la cruz”

Habiendo ya establecido que la sangre de Cristo no es un fetiche, y que en la Biblia la sangre es importante fundamentalmente porque en ella se encuentra la vida, la sangre de Cristo simboliza entonces la misma vida de Cristo, entregada voluntariamente por todos y cada uno de nosotros en la cruz. Ahora bien, la necesidad del sacrificio de Cristo para poder expiar y perdonar nuestros pecados se debe a que nuestros múltiples pecados han ofendido a nuestro Hacedor al transgredir sus requerimientos de perfecta justicia, acordes con Su carácter absolutamente santo y justo. Una ofensa que ningún ser humano está en condiciones de remediar o, para decirlo de otro modo, una deuda que ningún ser humano tiene ni remotamente la capacidad de pagar, ni por sí mismo, ni mucho menos por la humanidad en general. Es por eso que Dios mismo, en la persona de Cristo, asume el pago de esta deuda para poder perdonarnos, habiendo vindicado así con toda solvencia la justicia divina al satisfacer con su vida perfecta y su muerte en la cruz los requerimientos de castigo que ella imponía sobre nosotros, los culpables. Cristo, entonces, no nos liberó simplemente del poder del pecado y de la condenación eternas, sino que, más exactamente, nos rescató o redimió de ellos mediante el pago de un precio, pues: “Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto” (1 Pedro 1:18-19)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión