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Reos bajo sentencia de muerte

“La humanidad sin Cristo es una gran masa de reos sentenciados a muerte con toda justicia esperando la ejecución de la sentencia”

Desde que nacemos y dondequiera que nos encontremos, todos los seres humanos nos alineamos en una fila de reos sentenciados a muerte a la espera de que llegue nuestro turno en la ejecución de la sentencia. Y por muy variada y entretenida que resulte nuestra existencia en este mundo brindándonos distracciones y pasatiempos elaborados que nos permitan, a la manera de los más sofisticados escapismos, sobrellevar esta dura realidad e, incluso, engañarnos a nosotros mismos al olvidarla del todo sin llegar a adquirir nunca conciencia plena de ella, lo cierto es que todos los días se llevan a cabo nuevas ejecuciones que nos acercan poco a poco, de manera inexorable, al día acordado en que la muerte, el gran verdugo, lleve a cabo la sentencia que pende sobre todos y cada uno de nosotros sin excepción. La única posibilidad de ser indultados y salir de este modo de la fila de sentenciados a muerte es la que encontramos en el evangelio de Cristo, quien con su muerte sustitutoria en la cruz puede librar a todos los sentenciados que pongan en Él su confianza sin reservas mediante una humilde rendición a Él en confesión, arrepentimiento y fe en el acto de la conversión. El evangelio de Cristo es, pues, la respuesta divina al clamor que Asaf, dolorosamente consciente de esta trágica realidad que nos afecta a todos los miembros de la raza humana sin excepción, elevó a Dios en estos términos: “Que lleguen a tu presencia los gemidos de los cautivos, y por la fuerza de tu brazo salva a los condenados a muerte” (Salmo 79:11)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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