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Reavívanos e invocaremos Tu Nombre

"Más allá del cambio favorable de nuestras circunstancias difíciles, nuestras oraciones deben incluir la petición para que Dios reavive nuestra fe”

Los “avivamientos” tan malentendidos en las iglesias pentecostales de hoy que los equiparan y reducen a la presencia en ellas de experiencias extáticas intensamente emocionales en las debe hablarse en lenguas, presuntos o auténticos milagros de sanidad y prosperidad económica para todos sus miembros; son no obstante un anhelo legítimo y necesario por el que los creyentes debemos orar, como lo hacía el salmista: “Entonces no nos apartaremos de ti; reavívanos e invocaremos tu nombre” (Salmo 80:18). El avivamiento hace, pues, referencia a ser llenos nuevamente de la vida y la vitalidad espiritual que proviene de Dios, con el celo, la devoción, la piedad, el entusiasmo y el compromiso renovado y fortalecido de obediencia a Sus mandamientos que debe acompañarlo en todos los frentes de nuestra vida y el deseo continuo de comunión estrecha con Él. El avivamiento del creyente siempre debe, pues, traducirse en el deseo intenso de conocer y comprender más la Biblia, en especial en lo que tiene que ver con sus aspectos prácticos y en la capacidad recibida del Espíritu Santo de obedecerla y ponerla por obra. Es por eso que el salmo 119, el capítulo más largo de la Biblia y que gira alrededor de la importancia de la Palabra de Dios en la vida del creyente, abunda en expresiones de este tipo: “… dame vida conforme a tu palabra” (v. 25); “¡Cómo anhelo tus preceptos! ¡Dame vida conforme a tu justicia!” (v. 40); “dame vida y cumpliré los mandatos que has emitido” (v. 88) y otros siete similares que muestran la importancia de orar para que Dios reavive nuestra fe

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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