El Pentateuco y los libros históricos en el Antiguo Testamento registran de manera explícita la actividad sobrenatural de Dios a favor de Su pueblo sin lugar a equívocos. Pero en el libro de Rut y en especial en el de Ester, pareciera que a Dios le complaciera actuar escondido. Sin embargo, para el lector atento, el hecho de que Dios esté escondido y no se mencione en medio de la narración, no significa ni mucho menos que no se encuentre presente obrando tras bambalinas. Además, éste es el modo habitual en que Dios se manifiesta hoy a los creyentes y a la iglesia en general, sin perjuicio de las maneras en las que Su presencia se manifestaba a favor de la nación judía de una forma mucho más explícita en medio de sus gestas y campañas en contra de los pueblos paganos con sus ídolos y costumbres disolutas contrarias a la ley. De hecho, en los libros históricos también podemos ver episodios en que Dios actúa de manera escondida, como por ejemplo la siguiente en 1 Samuel: “Saúl avanzaba por un costado del monte, mientras que David y sus hombres iban por el otro, apresurándose para escapar. Pero Saúl y sus hombres lo tenían rodeado. Ya estaban a punto de atraparlo, cuando un mensajero llegó y dijo a Saúl: «¡Venga de prisa, que los filisteos están saqueando el país!». Saúl dejó entonces de perseguir a David y volvió para enfrentarse con los filisteos. Por eso aquel sitio se llama Sela Hamajlecot” (1 Samuel 23:26-28). Pasaje en el que es muy difícil no ver a Dios actuando por medio de las circunstancias y el mensajero con su anuncio providencial a favor de David
Providencia y sincronización
"Las intervenciones providenciales de Dios no son siempre tan evidentes, pero si lo suficientemente afortunadas y sincronizadas para atribuírselas”
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