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Segmentos

Promesas incondicionales

"Hay aspectos de las promesas de Dios que no son condicionales, sino incondicionales y que Él cumplirá, por tanto, independiente de nuestro desempeño”

Dios es un Dios de pactos a tal punto que lo que llamamos Antiguo y Nuevo Testamento en la Biblia es conocido también como Antiguo y Nuevo Pacto. Estos pactos, como cualquier otro, contienen cláusulas bilaterales por las cuales ambas partes se comprometen mutuamente de tal modo que si una de las partes incumple, la otra no está obligada a cumplir lo que le correspondería. Sin embargo, los pactos suscritos por Dios con el hombre suelen incluir también cláusulas unilaterales en las cuales Dios se compromete a Sí mismo, independiente del desempeño del hombre en el asunto. Es a estas cláusulas a las que hace referencia el apóstol cuando afirma “si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13) y que, en relación con el pacto de Dios con David y su descendencia le garantiza: “yo afirmaré para siempre tu trono en el reino de Israel, como le prometí a tu padre David cuando le dije: ‘Nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel’” (1 Reyes 9:5), cuyo cumplimiento final tuvo lugar en la persona de Cristo. Otro de los aspectos más destacados de este tipo de cláusulas es el que tiene que ver con nuestra salvación y nuestro destino eterno que, al margen de las vicisitudes y aflicciones de la vida presente en este mundo y las eventuales dinámicas disciplinarias dolorosas a las que Dios se vea obligado con nosotros cuando no cumplimos nuestros pactados compromisos de obediencia a Él, al final nada de esto pone en juego nuestro destino eterno en lo que se conoce como “la seguridad de la salvación”

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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