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Segmentos

Casa de oración

"La disposición de Dios a escuchar las oraciones que su pueblo le dirige ya no están restringidas ni ligadas a templos construidos por manos humanas”

El templo de Jerusalén era el lugar autorizado por Dios para ofrecerle culto de la manera establecida en la ley, descartando cualquier otro lugar para hacerlo en la medida en que, sin la supervisión que los sacerdotes y levitas ejercían en el templo de Jerusalén, podían degenerar fácilmente en rituales incorrectos e idolátricos en los llamados “lugares altos”, término para referirse a los altares paganos en la Biblia. Como tal, el templo albergaba todo el ritual sacrificial ordenado en la ley y reglamentado por David. Pero por encima de todo esto el templo estaba designado para ser una “casa de oración” como lo establece Dios a través del profeta: “los llevaré a mi monte santo; los llenaré de alegría en mi casa de oración. Aceptaré los holocaustos y sacrificios que ofrezcan sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos»” (Isaías 56:7). Salomón lo tenía claro, como lo declaró previamente en la dedicación del templo: “¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este templo, el lugar donde decidiste poner tu Nombre, para que oigas la oración que tu siervo eleva hacia ese lugar! Oye la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; escucha y perdona” (1 Reyes 8:29-30). Pero en el Nuevo Testamento Cristo establece cualquier momento y lugar como apropiado para la oración, puesto que: “… se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre… Dios es espíritu y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad” (Juan 4:21, 24)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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