Para que te vaya bien

En relación con Dios y lo que Él espera y pide de nosotros, no hay confusión ni ambigüedad de Su parte, pues Él lo ha declarado de manera manifiesta y puntual: “»Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien” (Deuteronomio 10:12-13). Temerle, seguirlo, amarlo, servirlo y obedecerlo son, pues, la finalidad de la vida cristiana. Algo, ciertamente, más fácil de decir que de hacer, pues en la vida, como lo dijera el general Norman Schwarzkopf, si somos honestos, aun sabiendo bien lo que debemos hacer: “uno sabe siempre lo que debe hacer; lo difícil es hacerlo”. Tal vez por eso en la Biblia encontramos otros pasajes que simplifican todavía más y reducen el número de las cosas que Dios pide y espera de nosotros, como por ejemplo, Miqueas 6:8: “¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?: Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios” (Miqueas 6:8). Ser humilde y actuar con justicia y misericordia. Más claro y conciso. Pero, si aún así puede seguir siendo difícil, encontramos también la declaración de Amos 5:4: “Así dice el Señor a Israel: «¡Búsquenme y vivirán!”, con la promesa de Su parte de que: “Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón” (Jeremías 29:13), es decir, cuando lo busquemos haciendo de este propósito la principal empresa y aspiración de nuestra vida en este mundo mientras estemos en él