El ser humano es creativo, pero en rigor únicamente Dios es Creador al traer a la existencia este enorme universo de la nada. La labor creativa de los hombres no es, entonces, original, sino imitativa, tomando como insumo la materia de la que el cosmos está constituido y como referentes los modelos originales e ideales provistos por Dios en la naturaleza y el potencial que se halla presente en las partículas, elementos y compuestos químicos que la conforman. Potencial que la ciencia no hace más que descubrir y aprovechar para fabricar cosas que son nuevas y originales sólo en relación con lo que la humanidad ya conocía, pero no en relación con la creación de Dios que las contiene desde el principio. Esta convicción fue la que llevó al científico alemán Juan Kepler a declarar: “Oh Dios, nosotros pensamos tus pensamientos después de ti” y a su colega suizo Louis Agassiz a llamar a cada especie de animal o planta “un pensamiento de Dios”, oponiéndose a la teoría de la evolución de Darwin argumentando que en las semejanzas entre los seres vivientes no veía pruebas de un ancestro común a todos ellos, sino tan sólo “asociaciones de ideas en la Mente Divina”. Toda construcción humana por novedosa que sea no es, pues, del todo original, a semejanza del templo de Jerusalén, cuya construcción y posterior restauración tuvo como referente el diseño divino original revelado en su momento a Israel: “Los supervisores de la restauración trabajaron diligentemente hasta terminar la obra. Repararon el templo de Dios y lo dejaron en buen estado y conforme al diseño original” (2 Crónicas 24:13)
Originales y copias
17 febrero, 2021
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“En realidad ninguna creación humana es del todo original, pues de un modo u otro es sólo una copia del diseño divino original”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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