“Los cimientos de la tierra se conmueven” es el título de uno de los libros del gran teólogo del siglo XX Paul Tillich con algunos de sus mejores sermones. Expresión que evoca aquellas situaciones en que sucede algo tan inesperado y drástico en nuestras vidas que pareciera como si, literalmente, nos “movieran el piso” o nos quitaran el apoyo en el que hasta ese momento habíamos fundado toda nuestra vida, esperanzas y expectativas; circunstancias en las que nos sentimos entonces por completo en el aire, desprotegidos, vulnerables, asustados y desconcertados. El encuentro con Dios en la conversión suele ser una experiencia de este tipo en la que descubrimos el carácter precario, endeble y condenable de todo aquello en lo que habíamos colocado nuestra confianza que amenaza con venirse al piso, como un castillo de naipes, al contrastarlo con la solidez, majestad, santidad y firmeza de la realidad divina que se nos revela en medio de la situación en que nos encontramos. Pero de igual modo, el Dios que se nos revela en Jesucristo cuestionando y poniendo en entredicho todo aquello en lo que habíamos confiado, sensibiliza al mismo tiempo nuestros corazones a su presencia y a su voz al punto de conmovernos también hasta lo profundo de nuestro ser de modo que podamos responderle con la misma humildad y docilidad del rey Josías: “Como te has conmovido y humillado ante mí al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, y te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo” (2 Crónicas 34:27)
Conmovidos por Dios
18 febrero, 2021
2 Lectura mínima
“Hay dos formas de ser conmovidos: que nos muevan el piso o que nos toquen el corazón. Y la última no es posible sin la primera”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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