Las declaraciones y alabanzas dirigidas por las mujeres a Noemí con ocasión del matrimonio de su nuera Rut con Booz y de su consecuente embarazo y nacimiento de su hijo Obed, abuelo del rey David, tienen más alcance del que una primera lectura indica: “Las mujeres decían a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos»” (Rut 4:14-15). Evidentemente, la referencia a un redentor hacía inmediata y directa alusión a Booz, el pariente redentor que las había redimido a ella y a su nuera Rut de su lastimosa condición anterior. Pero teniendo en cuenta que de la descendencia real del rey David, bisnieto de Rut y tataranieto de Noemí, también nacería mucho tiempo después el Señor Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre por nosotros, para la salvación y redención de toda la humanidad, que es como tal Quien ha venido a tener el mayor renombre en la historia de la humanidad en la medida en que es a Él a Quien se le ha concedido el Nombre sobre todo nombre; las palabras de las mujeres a Noemí al mencionar en estos términos al redentor son en realidad dirigidas proféticamente a toda la humanidad, pues es en Cristo que Dios no nos ha dejado sin un Redentor. Un Redentor capaz de renovar nuestra vida y de sustentarnos durante nuestro incierto peregrinaje por este mundo en la medida en que acudamos y creamos en Él para rendirnos y colocar nuestra confianza en Él
No te ha dejado sin un redentor
“Jesucristo es la demostración de que Dios no nos ha dejado sin redención y de que al final renovará y sustentará las vidas de quienes confían en Él”
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