La consistencia que Rut mostró en su resolución inicial de acompañar y compartir su suerte con su suegra Noemí y llegar a formar parte de su pueblo, fue ratificada por sus admirables decisiones posteriores que reforzaban y llevaban más lejos su decisión original, como lo declaró con complacencia Booz al bendecir a Rut con estas palabras, reiterándole de este modo su buena disposición hacia ella, su deseo de favorecerla y su compromiso de redimirla a ella y a Noemí de su difícil y precaria situación en vista del noble carácter exhibido por ella en todas sus actuaciones a la vista del pueblo: “ꟷQue el Señor te bendiga, hija mía. Esta nueva muestra de lealtad de tu parte supera la anterior, ya que no has ido en busca de hombres jóvenes, sean ricos o pobres. Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Haré por ti todo lo que me pidas. Todo mi pueblosabe que eres una mujer de noble carácter” (Rut 3:10-11). En efecto, la lealtad de Rut para con Noemí la llevó al punto de no pensar en sus propios intereses como viuda joven que podía rehacer su vida con otro hombre de su edad que muy seguramente la pretenderían de manera numerosa sin especial dificultad, sino seguir en este aspecto las instrucciones detalladas que su suegra le diera para darle a entender a Booz su deseo y disposición a ser redimida por él mediante el vínculo matrimonial, aunque él estuviera ya entrado en la edad madura, conforme a la ley por la que el pariente más cercano de un varón fallecido sin dejar descendencia, debía tomar como esposa a la viuda para darle descendencia y un hogar seguro en el que no le faltara nada
Esta muestra supera la anterior
“A pesar de su origen pagano, Rut fue un ejemplo creciente de lealtad a Noemí y de obediencia y rendición a Dios, Quien la reivindicó por esto”
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