Dios ve y juzga tres cosas en toda acción humana: la motivación, la intención y la acción en sí misma. La motivación está en el origen de la acción y explica el porqué de ella. La intención está al final e indica el para qué de la acción. Y la acción en sí misma es el medio que conecta la motivación con la intención y nos indica cómo debemos llevar a cabo correctamente esta conexión, asegurando el alcance de la intención perseguida sin efectos imprevistos e indeseados y sin acumular culpas en el proceso. En la Biblia la motivación correcta es el amor ágape, llamado “caridad” por los cristianos de los primeros siglos, con el cual debemos amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. La intención correcta es “hacerlo todo para la gloria de Dios”, es decir dándole a Dios el crédito debido y la sincera gratitud por todo lo bueno alcanzado. Y la acción correcta es la que está de acuerdo con los mandamientos divinos. Si bien la motivación y la intención adquieren gran relevancia al punto que una acción correcta es descalificada por una motivación o intención incorrectas, también es cierto que no basta asegurarnos de tener una correcta motivación y una buena intención para proceder a hacer las cosas como nos parece, sin tener en cuenta el mandamiento, como lo aprendió con dolor el rey David al intentar transportar con la mejor motivación e intención el arca del pacto a Jerusalén: “La primera vez ustedes no la transportaron, ni nosotros consultamos al Señor nuestro Dios, como está establecido; por eso él se enfureció contra nosotros.»” (1 Crónicas 15:13)
Motivación, acción e intención
16 febrero, 2021
2 Lectura mínima
“Para hacer lo justo no basta estar bien motivado y tener la mejor intención, hay que hacer también las cosas como Dios manda”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario