Para lograr cambios significativos no se requiere un número mayoritario de personas, sino que basta con un número minoritario pero comprometido al servicio de Dios y Su causa. En otras palabras, con Dios no se trata de cantidad sino de calidad, como salta a la vista en esa especie de regateo intercesor emprendido con Dios por Abraham en Génesis 18:24-32 en el que el padre de la fe fue reduciendo sucesivamente sus expectativas de encontrar 50, 45, 40, 30, 20 o tan sólo 10 justos en Sodoma que lograran diferir o cancelar el justo juicio sobre ella, recibiendo de Dios como respuesta que incluso si hubiera 10, Él no la hubiera destruido:“… Abraham volvió a decir: -No se enoje mi Señor, pero permítame hablar una vez más. Tal vez se encuentren sólo diez… -Aun por esos diez no la destruiré -respondió el Señor por última vez”, dando a entender que ni siquiera había 10 justos en Sodoma, llevando al padre de la fe a desistir de su intento por evitar la destrucción de la ciudad y dejar que Dios salvara tan sólo a su sobrino Lot y su familia, los únicos justos de la ciudad, sacándolos de allí antes de proceder con su destrucción. Lo cual significa que, lejos de que justos paguen por pecadores, como suele decirse muchas veces de manera ligera, lo que sí puede suceder es que los muchos pecadores se salven por unos pocos justos. La iglesia está, entonces, llamada a ser esa minoría vital o comunidad de justos que, mediante su compromiso, rendición y obediencia a Dios, difiera los justos juicios de Dios sobre el mundo, a la espera de que otros se unan a ella para seguir intercediendo por él.
Minoría vital
31 octubre, 2020
2 Lectura mínima
“Tal vez seamos pocos, pero en las manos de Dios y rendidos por completo a Él podemos llegar a ser más que suficientes”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario