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Los pecados ocultos de la izquierda y la derecha

“La libre empresa de la derecha y la repartición de la riqueza de la izquierda suenan ambas bien, pero pueden encubrir malas intenciones”

Las críticas que merecen en un momento dado las agendas y ejecutorias del pensamiento político y económico de derecha o izquierda por igual, obedecen no a su intención distintiva o más emblemática que, como bien lo sabemos, en el caso de la derecha son las libertades individuales y en el de la izquierda el bien común, pues ambos propósitos, en su justo lugar y proporción, forman parte de los intereses que la iglesia debe promover en el mundo conforme al evangelio. El problema es que estos loables intereses legítimos pueden obedecer a motivaciones e intenciones ilegítimas, censurables, injustas y mezquinas por parte de quienes los promueven y los utilizan como fachada para mantenerlos encubiertos y darles un aura de respetabilidad. Y es que la explotación egoísta e injusta de unos en beneficio de otros se da tanto en la derecha como en la izquierda en nombre de las libertades individuales y del bien común indistintamente, pues la descripción de la condición humana caída que Santiago hace se aplica por igual a unos y otros: “¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones” (Santiago 4:1-3), por lo que ni la izquierda ni la derecha puede reclamar superioridad sobre su contraparte a menos que se sometan humildemente a Dios

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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