Muchos creyentes piensan de manera simplista e ingenua que la mejor alternativa para mejorar las cosas en el mundo desde la política es colocar en los puestos de gobierno a comprometidos creyentes en Cristo. Bajo esta engañosa creencia algunos pastores de megaiglesias caen en la tentación de la política y deciden utilizar a sus congregaciones como capital electoral para catapultarlos y poder llegar “en paracaídas” −es decir como caídos del cielo y sin estar debidamente preparados ni pasar por toda la formación y la experiencia necesaria− a un puesto público de gobierno en el cual, debido a su falta de preparación y experiencia y sin perjuicio de sus buenas intenciones y auténtico compromiso cristiano, terminan convirtiéndose a su pesar en “idiotas útiles” manipulados por los políticos profesionales y corruptos en favor de sus mezquinos intereses personales y poniendo así en entredicho su buen nombre y su integridad cristiana que se ve así amenazada por la ética maquiavélica que domina la política tradicional. Por esta razón, la más elemental sensatez nos indica que es siempre preferible un no creyente que, sin embargo, sepa gobernar y tenga la debida preparación para hacerlo, que un creyente con la mejor disposición, pero sin la capacidad para hacerlo bien, algo que no se adquiere en el acto por el simple hecho de ser cristiano. Por eso la advertencia del Señor cobija a creyentes y no creyentes por igual: “Ustedes, los reyes, sean prudentes; déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor; con temblor ríndanle alabanza” (Salmo 2:10-11)
Los gobernantes cristianos
19 marzo, 2021
2 Lectura mínima
“Dios reprende a los creyentes mal preparados en el gobierno que, seducidos por la política, sucumben a su ética maquiavélica”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario