Los dioses domésticos

Además de los dioses nacionales de las naciones vecinas que llevaron a Israel a la idolatría y al consecuente juicio de Dios por su apostasía, existían los más sutiles dioses o ídolos familiares y el culto a los ancestros que se hallaba detrás de esta idolatría más velada y encubierta alrededor de los llamados terafines en hebreo, en la que los patriarcas llegaron a estar indirectamente involucrados por medio del robo que Raquel hizo de los terafines de su padre Labán sin que su esposo Jacob tuviera conocimiento de ello, culto que observamos también luego durante el periodo de los jueces en relación con el convulsionado santuario de Micaías y que persistía en Israel durante la monarquía, como puede verse en las acciones de Mical para proteger a David de su padre Saúl: “Luego Mical tomó un ídolo familiar y lo puso en la cama con un tejido de pelo de cabra en la cabeza, y lo cubrió con una sábana. Cuando Saúl mandó a los hombres para apresar a David, Mical les dijo: «Está enfermo». Pero Saúl los mandó de nuevo a buscar a David: «¡Tráiganmelo, aunque esté en su cama, para matarlo!». Al entrar en la casa, los hombres vieron que lo que estaba en la cama era un ídolo, con un tejido de pelo de cabra en la cabeza” (1 Samuel 19:13-16). La naturaleza de los terafines no está clara debido a que la palabra no aparece fuera de la Biblia y de las 15 veces que aparece en ella, recibe traducciones diversas. De todos modos, parece que la traducción más acertada es la de “dioses” o “ídolos familiares” o “domésticos” y es claro que su culto fue condenado por los profetas en su momento