Ciertos sectores de la cristiandad inclinados a las manifestaciones sobrenaturales están tan ocupados buscando y promoviendo experiencias de este tipo en relación con Dios que, por una parte, cuando las anheladas experiencias sobrenaturales y milagrosas no tienen lugar, entonces se las inventan. Y por otra, por estar obsesionados con los milagros y las experiencias manifiestamente sobrenaturales no son capaces de percibir y reconocer la acción cotidiana de Dios por medio de las causas naturales que operan habitualmente a nuestro alrededor, obrando con frecuencia a nuestro favor de manera providencial, sobre todo cuando estamos alineados con Dios y su buena voluntad revelada en la Biblia y en Jesucristo. Dios actúa siempre de manera soberana en el mundo sin que nada se salga de su sabio control o lo tome por sorpresa, ya sea que lo haga de forma ocasional, directa, sobrenatural y milagrosa como la Causa Primera de todo lo que ocurre, o indirectamente por medio de las personas y la regularidad de las leyes y ciclos de la naturaleza por Él establecidos, en lo que se conoce como las causas segundas, sincronizando de tal manera su accionar que para sus beneficiarios es muy difícil no ver la mano de Dios operando de manera oportuna, favorable y eficaz en sus circunstancias personales, así no lo haga de un modo tan evidente como el que tiene lugar en un milagro. Porque sea como fuere: “entonces él enviará la lluvia oportuna sobre su tierra, en otoño y en primavera, para que obtengan el trigo, el vino y el aceite” (Deuteronomio 11:14)
Las causas segundas
18 diciembre, 2020
2 Lectura mínima
“Dios usualmente interviene en su creación, no desde afuera de manera intempestiva, sino desde adentro de manera oportuna y eficaz”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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