El movimiento feminista actual culpa de la opresión histórica sufrida por la mujer a manos de los hombres y también de todos los demás males sociales a la llamada “sociedad patriarcal”, haciendo de ella su “bestia negra” y enfilando todas sus baterías en contra de ella para criticarla, desmontarla y dejarla inoperante a como dé lugar. De paso, y dado que la Biblia ha sido una de las fuentes más destacadas para fundamentar la sociedad patriarcal, con sus repetidas alusiones favorables a los patriarcas y la importancia que estos cobran en el relato bíblico, la Biblia y el monoteísmo en ella revelado ha sido también blanco de sus ataques. Pero lo cierto es que no es la sociedad patriarcal por sí misma la culpable de la opresión de la mujer y todos los demás males que las feministas le atribuyen. La sociedad patriarcal hubiera funcionado bien y de la manera ideal, permitiendo la realización plena de la mujer en relación armónica y colaborativa con el hombre en pro de causas y logros comunes en la familia y más allá de ella, de no ser por la caída en pecado de nuestros primeros padres que la pervirtió y echó a perder buena parte de su potencial. La Biblia lo revela al informarnos que, en medio de la sentencia pronunciada por Dios sobre todos los implicados en ella, Dios se dirigió a la mujer y le dijo: “… «Multiplicaré tus dolores en el parto, y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará»” (Génesis 3:16), por lo que el machismo y todos los lamentables lastres que desde entonces acompañan a la sociedad patriarcal, son un producto de la caída y no propiamente de la sociedad patriarcal
La sociedad patriarcal y el machismo
“El machismo es consecuencia de la caída en pecado de nuestros primeros padres y no de la sociedad patriarcal, como lo afirma el feminismo”
Deja tu comentario