fbpx
Segmentos

La fuerza del creyente

“La fuerza del creyente no reside en lo físico, sino en su consagración a Dios y el consecuente respeto de sus compromisos con Él”

El voto de nazareato era en la Biblia una promesa de consagrarse a Dios de una manera muy especial y comprometida e implicaba un llamado muy concreto a la obediencia para, mediante ella, ayudar decisivamente al cumplimiento de los buenos propósitos de Dios. En la Biblia Sansón, Samuel y Juan Bautista fueron nazareos de por vida, consagrados a Dios como tales desde antes de su nacimiento. Entre los actos de obediencia concretos que el nazareo debía honrar durante todo el tiempo de su voto estaban no consumir bebidas fermentadas ni derivadas de la vid, no contaminarse ritualmente al tener contacto con un cadáver y sobre todo, no cortarse el cabello como señal visible ante todos de que se hallaba consagrado a Dios como nazareo. Así, pues, en el caso de Sansón, su extraordinaria fuerza no se hallaba en su cabello, como se concluye popular y supersticiosamente de una lectura ligera y fragmentaria de su historia en el libro de Jueces, sino en el respeto a su particular voto a Dios en estos aspectos específicos que arrojó del todo por la borda, traicionado por sus siempre problemáticos sentimientos en sus cuestionables relaciones amorosas, cuando le reveló este detalle a la filistea Dalila que lo presionaba para que lo hiciera, a instancias de sus enemigos, perdiendo así el respaldo de Dios: “al fin se lo dijo todo. «Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza le explicó, porque soy nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Si se me afeitara la cabeza, perdería mi fuerza, y llegaría a ser tan débil como cualquier otro hombre.»” (Jueces 16:17)

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

Deja tu comentario

Clic aquí para dejar tu opinión