Rajab, la prostituta de Jericó, manifestó tal temor de Dios, como se recoge bien en el libro de Josué: “Antes de que los espías se acostaran, Rajab subió al techo y les dijo: ꟷYo sé que el Señor les ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante ustedes. Tenemos noticias de cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo para que ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto. También hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán. Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra” (Josué 2:8-11), que mediante sus arriesgados actos de apoyo al pueblo de Dios demostró su creencia y toma de partido a favor de Él y llegó a formar parte de este pueblo al punto de figurar como una de las cuatro mujeres por nombre propio que se mencionan entre sus ancestros en la genealogía del Señor Jesús en los evangelios: “Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab…” (Mateo 1:5). Pero como si esto no bastara, también aparece en la relación de los héroes de la fe que encontramos en el capítulo 11 de la epístola a los Hebreos: “Por la fe la prostituta Rajab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías” (Hebreos 11:31), demostrando que nuestro pasado no nos determina y que no importa lo que hayamos sido antes de la conversión si nos volvemos a Dios de todo corazón para llegar así a formar parte de Su pueblo con toda la honra que esto implica
La fe de Rajab
“El temor de Dios y la fe de la prostituta Rajab hizo que su nombre ocupara un lugar de honor en la genealogía del Señor y entre los héroes de la fe”
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