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La elección de Judá

“Si bien es cierto que Dios elige de manera soberana pasando por alto a quien nosotros elegiríamos, en ocasiones existen buenas razones para ello”

Si bien la elección de Dios podía trastornar el orden acostumbrado en la sociedad en lo que tiene que ver con la primogenitura, al pasar por alto al que la ostentaba y a quien presuntamente debería tomar en cuenta en primera instancia, como sucedió con su elección de Jacob y de David, entre otros, no siempre el pasarlos por alto carecía de razones objetivas y evidentes, pues en el caso de los 12 hijos de Jacob la bendición del primogénito recayó sobre Judá, el cuarto de sus hijos, y no sobre uno de los tres primeros: Rubén, Simeón y Leví, de quienes su padre dejó constancia de las razones por las cuales los pasaba por alto: “»Tú, Rubén, eres mi primogénito, primer fruto de mi fuerza y virilidad, primero en honor y en poder. Impetuoso como un torrente, ya no serás el primero: te acostaste en mi cama; profanaste la cama de tu propio padre. »Simeón y Leví son chacales; sus espadas son instrumentos de violencia. ¡No quiero participar de sus reuniones, ni arriesgar mi honor en sus asambleas! En su furor mataron hombres, y por capricho mutilaron toros. ¡Malditas sean la violencia de su enojo y la crueldad de su furor! Los dispersaré en el país de Jacob, los desparramaré en la tierra de Israel” (Génesis 49:3-7). Así, pues, la bendición de la primogenitura recayó sobre Judá, la tribu que terminó dando nombre a los judíos y ocupando el lugar de preeminencia en muchas de las narraciones bíblicas, al punto de que al dividirse el reino esta tribu, junto con la de Benjamín, dio nombre por sí sola al reino del sur y a través de ella vino la línea de descendencia mesiánica que culminó en la encarnación de Jesucristo

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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