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La dignidad de la mujer

“La Biblia combate la opresión injusta de las mujeres a lo largo de la historia y reivindica en el evangelio su dignidad a la par con la del hombre”

El caso de las hijas de Zelofejad incluido en la ley, sentó un precedente legal para que las mujeres pudieran heredar a la par con los hombres y evitar así que el territorio de una tribu sufriera menoscabo debido a familias que solo tuvieran hijas, pues si bien es cierto que las hijas podían heredar: “Toda hija que herede tierras, en cualquiera de las tribus, deberá casarse con alguien que pertenezca a la familia patriarcal de sus antepasados. Así cada israelita podrá conservar la heredad de sus padres” (Números 36:8). De este modo la endogamia ordenada por Dios para Israel ꟷes decir la práctica de contraer matrimonio con personas de la misma ascendencia natural nacional, religiosa y étnicaꟷ, era un poco más restrictiva para ellas que no debían casarse con miembros de otra tribu de la nación, sino con miembros de su propia tribu. Sea como fuere, este trato, si bien no del todo igualitario, pero mucho más considerado hacia las mujeres que el que recibían en los demás pueblos de la antigüedad, era un anuncio velado y un anticipo de la manera en que el Señor Jesucristo en el evangelio reivindicó a las mujeres de tratos injustos por cuenta del lastre del machismo que las sociedades patriarcales suelen arrastrar, restableciendo su dignidad humana esencial a la par con los hombres, justificando la relevancia que tuvieron en la historia sagrada Miriam, Débora, Jael, Ana, Rut y Nohemí, Ester y Hulda, entre otras, en el Antiguo Testamento, y Ana, María, Elizabet, la samaritana, María Magdalena, Juana, Susana, Lidia, Febe, Evodia, Síntique y Priscila, entre otras, en el Nuevo Testamento

Arturo Rojas

Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.

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