Sin perjuicio de los eventuales momentos de prueba en que nuestra fe no parece reportarnos beneficios temporales inmediatos, sino dificultades y sufrimientos, lo cierto es que esto es más bien ocasional, pues la Biblia no sólo se rige por criterios éticos que nos indican qué es bueno y qué es malo, sino que el criterio ético viene seguido del criterio pragmático que nos indica que por lo general, si hacemos lo bueno y lo correcto podemos esperar cosechar en este tiempo beneficios y bendiciones prácticas evidentes y no sólo las bendiciones eternas anunciadas para la vida venidera. En este orden de ideas, una de las demostraciones o evidencias que confirman la veracidad de los contenidos de la Biblia son los resultados visibles y favorables que ésta tiene en la vida de quienes se someten a ella y la asumen con toda la seriedad y compromiso del caso como norma de vida, creyéndole a Dios todo lo que nos revela en ella y en la persona de Cristo. La vida de los creyentes no está, entonces, llamada a ser únicamente una vida superior a la de los no creyentes desde el punto de vista moral o ético en cuanto al ejemplo en la conducta o el comportamiento, sino también una vida de una calidad ostensiblemente superior a la que disfrutan ─o más bien sufren─ los no creyentes que no la tienen en cuenta. Se justifica entonces que Moisés se dirija así a todos los creyentes de ayer y de hoy: “Haz lo que es recto y bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien y tomes posesión de la buena tierra que el Señor les juró a tus antepasados” (Deuteronomio 6:18)
La Biblia y el bienestar
11 diciembre, 2020
2 Lectura mínima
“La Biblia es pragmática ya que los resultados de obedecer lo que ella dice podemos comprobarlos en nuestra propia vida”
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Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
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