Es cierto que en el evangelio se nos exhorta a no juzgar. Pero esta exhortación no tiene carácter absoluto, como si los creyentes no pudieran juzgar bajo ninguna circunstancia. Algo por demás imposible, pues no existe ser humano que no emita de forma eventual y en mayor o menor grado juicios morales a la hora de pensar y razonar. La exhortación significa más bien que no juzguemos ni emitamos juicios definitivos absolutorios ni condenatorios cuando no nos corresponde ni se nos ha llamado a hacerlo, teniendo además en cuenta que en la medida en que juzguemos a otros también seremos igualmente juzgados por otros y estaremos expuestos a similares señalamientos, de modo tal que debemos mirar bien la viga en nuestro propio ojo antes de intentar sacar la paja del ojo ajeno, pues a la postre todos tenemos “rabo de paja”. Pero hechas estas advertencias, Dios también demanda de nosotros que, en los casos en que sea inevitable y tengamos que juzgar por fuerza a otros, no lo evadamos sino que obtengamos todos los elementos de juicio de modo que lo hagamos con justicia y conforme a la verdad, sin mostrar parcialidad en favor de nadie. Al fin y al cabo el apóstol Pablo nos informa que la iglesia debe estar en condiciones de juzgar con justicia cualquier situación, pues al final de todo tendremos que juzgar a los mismos ángeles, por lo que ahora con mayor razón debemos estar en condiciones de juzgar correctamente las cosas de este mundo. Por eso: “»No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia” (Levítico 19:15)
Juzgar con justo juicio
23 noviembre, 2020
2 Lectura mínima
“Debemos evitar juzgar a los demás, pero cuando no tengamos opción debemos hacerlo con justicia e imparcialidad, como Dios manda”
También te puede interesar
Sobre el autor
Arturo Rojas
Cristiano por la gracia de Dios, ministro del evangelio por convicción y apologista por vocación. Hice estudios en el Instituto Bíblico Integral de Casa Sobre la Roca y me licencié en teología por la Facultad de Estudios Teológicos y Pastorales de la Iglesia Anglicana y de Logos Christian College. Cursé enseguida una maestría en Divinidades y estudios teológicos en Laud Hall Seminary y, posteriormente, fui honrado con un doctorado honorario por Logos Christian College.
Deja tu comentario